Palle Laursen,
responsable de la gestión de los buques de Maersk Line, comparte la
actualización más reciente sobre el incidente en el Emma Maersk que tuvo lugar
en el Canal de Suez el viernes por la noche, donde han entrado casi 15 metros de agua en la sala de máquinas. Explica que la investigación sigue
su curso y que las reparaciones llevarán tiempo.
Las
inspecciones iniciales de los buzos muestran que la entrada de agua fue causada
por el daño a uno de los propulsores de popa. Los propulsores se utilizan para
mejorar la maniobrabilidad de los barcos y consisten en un túnel de eje
equipado con un propulsor que empuja hacia un lado. Sabemos que varias palas de
la hélice se han roto y hay graves daños en el soporte de la hélice, resultando
en una grieta en el túnel del propulsor de popa, lo que provocó la entrada de
agua.
El agua
inundó la sala de máquinas que fue lo que condujo a la pérdida de potencia del
motor principal y el Emma Maersk fue remolcado al muelle de la Terminal de
Contenedores del Canal de Suez.
No hay
peligro
Aunque aún
no está claro lo que causó el daño, Palle excluye cualquier error humano por
parte de la tripulación. "La tripulación gestionó muy bien la situación e
hizo exactamente lo que debía en todas las etapas", comenta.
"Este
buque de clase E ha navegado bien desde el año 2006 y los propulsores se
utilizan en cada escala portuaria", agrega Palle, subrayando que por ahora
se considera como un incidente aislado. "Hasta que sepamos la razón exacta
y como medida de precaución, hemos dado instrucciones al resto de los buques de
clase E de nuestra flota para que no utilicen sus propulsores de popa".
En ningún
momento el Emma Maersk estuvo a punto de hundirse. Los ingenieros navales han
confirmado que un buque de clase E totalmente cargado puede tener la sala de
máquinas inundada y mantenerse a flote. Los grandes buques de contenedores
tienen mejor estabilidad que los buques más pequeños. Si el incidente se
hubiera producido en el mar, habría sido necesario enviar un remolcador.
Tapar un agujero
Hacer que el Emma Maersk vuelva a navegar es un proceso complicado y Palle admite que probablemente pasarán meses antes de que pueda entrar en servicio nuevamente.
La primera prioridad es conservar el equipo, lo que, irónicamente, significa mantenerlo sumergido. Debido a su exposición al agua salada, cualquier contacto con el oxígeno produce corrosión. Así que el plan es que los soldadores submarinos tapen el agujero antes de levantar el buque, después de lo cual el resto de la mercancía a bordo será descargada, el agua bombeada fuera y el equipo lavado con agua dulce, desmantelado y vuelto a montar.
Todo esto puede parecer bastante simple pero hay varias incertidumbres, comenta Palle. Aún no está claro si se necesita operar en un dique seco, por ejemplo. Incluso si se puede hacer mientras el buque está en el agua, está la cuestión de la ubicación: ¿Suez es adecuado para la operación o es necesario remolcar el buque a otro lugar?
Estas y otras cuestiones se determinarán durante los próximos días y semanas. Las operaciones con la mercancía y las relaciones con los clientes continuarán según el plan para reducir al mínimo las interrupciones, en la medida de lo posible.
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